Microbiota intestinal: de la salud digestiva al bienestar emocional
29 de mayo: Día Mundial de la Salud Digestiva
Importancia de la microbiota, eje intestino-cerebro
La microbiota intestinal, hoy en día, se considera un “órgano metabólico”, con funciones en la nutrición, la regulación de la inmunidad y la inflamación sistémica. De hecho, las alteraciones de la microbiota (disbiosis), se han asociado con diferentes enfermedades gastrointestinales.1
Pero los estudios sobre la implicación de la microbiota y del aparato digestivo van más allá. En este sentido, cabe destacar el eje intestino-cerebro, de hecho, el intestino puede considerarse un segundo cerebro, ya que tiene influencia sobre el neuro-desarrollo y las alteraciones cognitivas, además de ser capaz de regular el estado emocional.2
Si bien es cierto que las alteraciones de la comunicación entre el estómago y el cerebro pueden ocasionar trastornos gastrointestinales funcionales, estas también podrían dar lugar a una alteración de la regulación de la saciedad y, en consecuencia, afectar al comportamiento y a nuestra salud emocional o estado de ánimo.3
Pero, ¿qué es el eje intestino-cerebro? El papel de la microbiota
El eje intestino-cerebro consiste en una comunicación bidireccional entre el sistema nervioso central y el entérico, que conecta las áreas emocionales y cognitivas del cerebro con las funciones intestinales periféricas.4
En este sentido, muchos estudios han demostrado la conexión existente entre la microbiota y el desarrollo cerebral, es más, la microbiota y sus metabolitos están implicados en la regulación de comportamientos y procesos cerebrales (respuesta al estrés, comportamiento emocional, percepción del dolor o comportamiento alimenticio). Por lo tanto, cambios que influyan de forma negativa en la composición de la microbiota, como dietas ricas en grasa, azúcares o calorías, van a tener efectos adversos en la cognición y comportamiento de una persona.5,6
Estos cambios en el estado anímico y comportamiento pueden ser debidos a alteraciones en los niveles de serotonina, (hormona que aumenta la felicidad y mejora el humor), que se produce en un 90% en el intestino, es por esto que, un problema digestivo, podría afectar al bienestar emocional de una persona.7,8
Pero la influencia de la microbiota en el eje intestino-cerebro va más allá. Se ha visto que cambios en la microbiota están implicados en la fisiopatología de trastornos cerebrales, como el trastorno del espectro autista, la enfermedad de Parkinson, los trastornos del estado de ánimo afectivos o el dolor crónico.7
Por lo tanto, resulta primordial conseguir un buen balance y funcionalidad de la microbiota, ya que influye en la calidad de vida de las personas de manera significativa.2,9
¿Cómo mantener una microbiota equilibrada?
Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo para mantener una microbiota equilibrada son las siguientes:
- Evitar ultraprocesados, alimentos ricos en grasa, azúcar y calorías6
- Priorizar frutas y verduras frescas, legumbres y cereales con fibra9
- Evitar comidas copiosas9
- Evitar el consumo de alcohol y reducir las bebidas con cafeína9
- Beber agua (alrededor de 2 litros diarios)9
- Comer con tranquilidad y masticar bien los alimentos9
Además, hay otros hábitos que influyen negativamente en el mantenimiento de la flora, y que, por lo tanto, habría que evitar:10
- Sedentarismo
- Tabaco
- Estrés
- Cambios en los horarios de las comidas
- Falta de sueño
Pero además de estas medidas higiénico-dietéticas, en casos específicos en los que todas ellas no fueran suficientes, los probióticos podrían constituir una importante herramienta en el mantenimiento del equilibrio de la microbiota.8
Se define a los probióticos como el conjunto de microorganismos vivos que, si se administran en cantidad suficiente, pueden ayudar a mantener la microbiota intestinal en buen estado. Se clasifican según su cepa específica, que incluye el género, la especie, la subespecie (si corresponde) y una designación de cepa alfanumérica (p. ej., Lactobacillus acidophilus CUL-60).11
Podemos encontrar probióticos de forma natural en alimentos como el yogur o el queso, pero también formando parte de la composición de complementos alimenticios. Entre los microorganismos más utilizados como probióticos se encuentran: Lactobacillus y Bifidobacterium.11
Referencias bibliográficas:
1. Icaza-Chávez ME. Microbiota intestinal en la salud y la enfermedad. Revista de Gastroenterología de México. 2013;78(4):240-248.
2. El eje intestino-cerebro, un nuevo paradigma en neurociencia. IMFarmacias. Disponible en: https://www.imfarmacias.es/noticia/19925/el-eje-intestinocerebro-un-nuevo-paradigma-en-neurociencia.html. Último acceso: 04/23.
3. Holtmann G, Talley NJ. The stomach-brain axis. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2014;28(6):967-79.
4. Carabotti M, et al. The gut-brain axis: interactions between enteric microbiota, central and enteric nervous systems. Ann Gastroenterol. 2015;28(2):203-209.
5. Berding K, et al. Diet and the Microbiota-Gut-Brain Axis: Sowing the Seeds of Good Mental Health. Adv Nut. 2021;12(4):1239-85.
6. Mayer EA, et al. Gut/brain axis and the microbiota. J Clin Invest. 2015;125(3):926-38.
7. Serotonina: qué es, para qué sirve, función y cómo aumentarla. Tua Saúde. Disponible en: https://www.tuasaude.com/es/serotonina/. Último acceso: 04/23.
8. Gómez-Eguílaz M, et al. El eje microbiota-intestino-cerebro y sus grandes proyecciones. Rev Neurol.2019;68:111-7.
9. Braun J, Cuxart A. Bienestar digestivo. El Farmacéutico. 2018;566:18-21.
10.Qué alimentos pueden cuidar la flora intestinal. Disponible en: https://cuidateplus.marca.com/alimentacion/nutricion/2021/01/21/alimentos-cuidar-flora-intestinal-175883.html. Último acceso: 04/23.
11. Vizmanos Solans C. Bienestar intestinal: en búsqueda del equilibrio. El farmaceútico. 2020;599:27-35.