Cambios de estación. ¿Cómo afectan a nuestro organismo?
Aunque no nos demos cuenta, los cambios de temperatura, de luz y de hábitos que se producen con la llegada de cada estación pueden tener un impacto en nuestro organismo, tanto a nivel físico como emocional, ya que son capaces de alterar el funcionamiento normal de nuestro sistema inmune.1-3 Así pues, es importante conocer qué cambios se producen en cada estación, y cómo podemos hacer para que no nos afecten negativamente.
Verano. ¿El calorcito mejora nuestras defensas?
Por norma general, el verano suele ser la estación del año en la que mejor nos encontramos físicamente. Esto se debe a diversos factores:
A nivel dietético, nos encontramos en plena temporada de frutas y hortalizas frescas, por lo que tendemos a incrementar su consumo en crudo. Estos alimentos son una importante fuente de fibra, una buena forma de cómo cuidarnos y mantener una dieta equilibrada, incluso la microbiota intestinal;4,5 y vitaminas. La vitamina C es uno de los nutrientes fundamentales para mantener en buen estado el sistema inmune , pero se pierde al cocinar las verduras.1,5,6 También incrementamos el consumo de alimentos ricos en otro microelemento importante para fortalecer nuestras defensas, el zinc. Estos alimentos son principalmente mariscos como las ostras, el cangrejo o la langosta, que se consumen principalmente en verano. También son fuente de zinc la carne roja, la carne de ave, los cereales integrales y los frutos secos.5
Al aumentar las horas de sol podemos, si nos exponemos a él con moderación, incrementar la síntesis de vitamina D, que también ha resultado ser otro nutriente fundamental para que el sistema inmune funcione con normalidad y para mantener el buen estado de los huesos. Además, los días más largos y el buen tiempo nos incitan a realizar más ejercicio físico, lo que contribuirá positivamente a mantener un buen estado de salud.5,7,8
Otoño e invierno. ¿Realmente el frío baja nuestras defensas?
Solemos asociar estas dos estaciones al frío y a la bajada de defensas debido a la gran cantidad de gripes y resfriados que aparecen. Sin embargo, y de forma paradójica, el frío no solo no debilita el sistema inmune, sino que lo fortalece ligeramente.8,9 Entonces… ¿Por qué enfermamos y nos sentimos tan abatidos? Existen varios motivos:
- Si bien el frío fortalece ligeramente nuestro sistema inmune, también enfría el aire y las mucosas más externas de nuestro cuerpo, como la nariz o la boca. Aunque la variación de temperatura no es extraordinaria (unos 3ºC), es suficiente para que las bacterias y virus que suelen habitarlas se reproduzcan mucho más rápido y puedan ser capaces de infectarnos.10
- Por otro lado, la bajada de temperatura está relacionada con la cantidad de horas de sol que recibimos, por lo que es posible que nuestros valores de vitamina D se encuentren un poco por debajo de lo que deberían y eso afecte a nuestras defensas.4,5
- A nivel dietético, el frío nos impulsa a tomar alimentos muy calóricos, lo que es muy importante en estas épocas de alto requerimiento energético y para la formación de anticuerpos. Sin embargo, en el momento en el que priorizamos los fritos y las grasas saturadas por encima de otros alimentos igualmente fundamentales como las frutas, las verduras o las legumbres, corremos el riesgo de sufrir algún tipo de carencia nutricional, lo que afectará negativamente a nuestras defensas.1-5
Primavera. ¿Qué es la astenia primaveral?
Al igual que en el verano, en la primavera aumentan las horas de sol, suelen empezar a consumirse mayor cantidad de fruta y verdura y, si bien se produce una subida de temperatura, que hace más apetecible realizar ejercicio físico, o pasar más tiempo fuera de casa, esta no es tan elevada como en verano.
Si recordamos los datos que hemos ido aprendiendo sobre cómo la dieta, el ejercicio físico, las horas de luz y la temperatura pueden afectar a nuestras defensas 5, la primavera debería ser la estación del año en la que nuestro sistema inmune debería estar más fuerte. Sin embargo, esto no siempre es así, debido a que también es la estación en la que más se disparan las alergias 11,12 y en la que comienzan a aparecer casos de astenia primaveral:3
Las plantas florecen en esta época del año y el viento suele estar cargado de polen. Muchas personas son alérgicas al polen, y pueden desarrollar síntomas cómo:
- Estornudos
- Picazón en la nariz, en los ojos o el paladar
- Mocos, nariz congestionada
- Ojos llorosos, irritados o hinchados (conjuntivitis)
La alergia es una reacción exagerada del sistema inmune ante una sustancia extraña o alimento que no genera esa reacción en la mayoría de las personas. Ese tipo de sustancias se llaman “alérgenos”, y el polen es uno de ellos.11
- La astenia se define como la sensación de falta de energía, agotamiento o cansancio por la que los pacientes se sienten incapaces de llevar a cabo las tareas cotidianas. En el caso de la astenia primaveral, se da sin necesidad de que medie esfuerzo previo y permanece prácticamente constante durante todo el día. Se cree que puede deberse a los cambios hormonales que se producen durante los cambios de estación, lo cual puede tener mucho sentido ya que, además de todos los elementos anteriores, el sistema inmune también está regulado a nivel hormonal, y un desajuste durante el paso de invierno a primavera podría explicar su aparición. Los síntomas de la astenia primaveral son:3,9
- Más frecuentes: alteraciones del estado en general, dificultad de concentración, alteraciones del sueño y del apetito, fatiga intelectual, sensación de agotamiento al levantarse por la mañana, tristeza, cambios de humor, irritabilidad…
- Menos frecuentes: caída del cabello, fragilidad de uñas, picores generalizados…3
¿Qué puedo hacer para mantener en buen estado mis defensas a pesar de los cambios estacionales?
Como hemos mencionado, la mejor forma de cuidar nuestras defensas es manteniendo una dieta sana y equilibrada, al tiempo que la combinamos con ejercicio físico de intensidad moderada. Sin embargo, también está demostrado que mantener una microbiota intestinal en buen estado tiene múltiples efectos beneficiosos para la salud.2
Pero… ¿qué es la microbiota intestinal?
Son el conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino, principalmente en el intestino grueso. Está formada por muchas especies distintas como Bifidobacterium o Lactobacillus. Tener una microbiota equilibrada es fundamental, ya que se ha visto que está implicada en el buen funcionamiento de las defensas, en el proceso digestivo y en la síntesis de vitaminas.13,14
¿Cómo puedo mantener en buen estado la microbiota intestinal? ¿Es posible?
Sí, es posible cuidar tu microbiota intestinal mediante una alimentación saludable y rica en fibra. La fibra es un nutriente complejo presente en algunos alimentos, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, que no somos capaces de digerir por nosotros mismos. Sin embargo, las bacterias que forman parte de nuestra microbiota intestinal sí serán capaces de hacerlo, y de esa forma podrán crecer, mantenerse en buen estado y seguir realizando su función de forma óptima.4-6
Sin embargo, esta no es la única manera para mantener en buen estado la microbiota intestinal. También existen los probióticos, productos que contienen bacterias vivas, beneficiosas para nuestro organismo que, al ingerirse, pasarán a formar parte de la microbiota intestinal, contribuyendo a mantener en buen estado esta microbiota.6,14
Podemos encontrar dos formas de probióticos:
- Alimentos: como el yogur, el chucrut u otro tipo de alimentos fermentados.14,15
- Complementos probióticos: se trata de formulaciones elaboradas con especies probióticas especialmente seleccionadas, de tal forma que su consumo pretende ayudar a mantener en buen estado la microbiota intestinal. En el caso de desear consumirlos, pide consejo a tu médico o profesional sanitario para que pueda indicarte si en tu caso pueden o no estar recomendados, y de ser así, cuál es el que mejor te conviene.6,14
Referencias bibliográficas:
1. COFM blog (2019). ¿Cómo aumentar las defensas del organismo? Disponible en: https://blog.cofm.es/como-aumentar-defensas-organismo/ Último acceso: 05/23.
2. Sociedad Española de Inmunología. Sistema inmunitario-Estilo de vida Disponible en: https://www.inmunologia.org/images/1510.pdf Último acceso: 05/23.
3. COFM blog (2017). ¿Estás cansado? Puede ser astenia primaveral. Disponible en: https://blog.cofm.es/estas-cansado-puede-ser-astenia-primaveral/ Último acceso: 05/23.
4. Zmora N, et al. You are what you eat: diet, health and the gut microbiota. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2019 ;16(1):35-56.
5. Consejo general de colegios farmacéuticos. Inmunonutrición: La inmunidad se puede cuidar con nuestra nutrición. Disponible en: https://www.farmaceuticos.com/wp-content/uploads/2021/03/2021-infografia-alimentos-inmunonutricion.pdf Último acceso: 05/23.
6. Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria. Guía de Actuación Farmacéutica a pie de Mostrador. Uso de probióticos en patologías clínicas.
7. Fisman D. Seasonality of viral infections: mechanisms and unknowns. Clin Microbiol Infect. 2012 ;18(10):946-54
8. Castro X, et al. Widespread seasonal gene expresión reveals annual differences in human immunity and physiology. Nat Commun. 2015;6:7000.
9. Davis S,L. Environmental modulation of the Immune system via the endocrine system. Domestic animal endocrinology. 1998;15(5):283–89.
10. Foxman E, et al. Temperature-dependent innate defense against the common cold virus limits viral replication at warm temperature in mouse airway cells. PNAS. 2015;112 (3):827-32
11. Mayo clinic. Alergias. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/allergies/symptoms-causes/syc-20351497 Último acceso: 05/23.
12. COFM blog (2020). Bienvenida primavera, ¿Bienvenida Alergia? Disponible en: https://blog.cofm.es/bienvenida-primavera-bienvenida-alergia/ Último acceso: 05/23.
13. Del Campo-Moreno R, et al. Microbiota en la salud humana: técnicas de caracterización y transferencia. Enfermedades infecciosas microbiología clínica. 2018;36(4):241-245.
14. Guarner F, et al. Guía mundial de la organización mundial de gastroenterología. Probióticos y prebióticos. 2017.
15. Leyer G, et al. Probiotic Effects on Cold and Influenza-Like Symptom Incidence and Duration in children. Pediatrics. 2009;124 (2): e172–e179.